xxx joyporn.me foxporn.me pornpk.me pornsam.me justpornv.com onlypornk.com mpornz.com hipornv.com pornz10.com ionporn.tv
"Para llegar al fin, amar..." Fr. José León Torres

Historia de la Congregación

Proceso histórico de la Congregación de Hermanas Mercedarias del Niño Jesús

Contextualización de la época

La mitad del siglo XIX, caracterizó a nuestro país, Argentina, por ser un tiempo de grandes definiciones políticas, de luchas por la organización nacional, y, particularmente, de apertura a nuevas ideologías que impactaron sobre todo en el sistema educativo.

Atento a las nuevas situaciones que sufría la sociedad de su tiempo, debido al impacto del pensamiento liberal que ponía en peligro la fe y la vida cristiana, el Padre Torres, movido por el espíritu redentor y su compromiso con la historia, se lanzó a buscar caminos de esperanza para responder con fuerza y valentía en esos tiempos difíciles.

En este contexto se desarrolló la vida del mercedario, Padre José León Torres, quien, movido por el cuarto voto mercedario, siente que es el momento de la entrega y de estar alegremente dispuesto a dar la vida por los nuevos cautivos de su tiempo.

Surge la idea de responder desde el espíritu redentor a las nuevas situaciones

Confiado en la oración y entregado a la voluntad de Dios, en el especial momento de la consagración, en la Eucaristía, siente el llamado de Dios a dar una respuesta desde la caridad redentora, a esta nueva esclavitud de la ignorancia en general, y la religiosa en particular.

Su corazón entregado y dispuesto dice sí, y se lanza al gran desafío de educar a la niñez, a la juventud y a la mujer, con la certeza de que la construcción de una nueva sociedad es posible.

Como Fundador, se caracterizó por estar animado de una gran espiritualidad. Se destacó por su fe inquebrantable; su identificación con Cristo Redentor, su devoción a María de la Merced y fidelidad a la Iglesia. Ejemplo de Maestro, enseñó con su palabra y su testimonio de vida, su amor y respeto de Padre que acompaña, y su presencia de hermano y amigo para con todos.

Apóstol y profeta, se comprometió en el anuncio del Evangelio de la libertad y caridad, la extensión del Reino y en consagrar su vida a trabajar por la evangelización liberadora que humaniza y dignifica.

Educador incansable, acompañó desde su ministerio, en la formación y enseñanza, con compasión y misericordia en las diversas situaciones de cautividad.

La Congregación como respuesta a las nuevas cautividades

El día 10 de mayo de 1887, mientras celebraba la Eucaristía, el Venerable Padre José León Torres (O. de M.), recibe, en el momento de la consagración la “idea” de fundar la Congregación de Hermanas Terceras Mercedarias del Niño Jesús. La que se realizó el 1º de octubre del mismo año, en la ciudad de Córdoba, Argentina.

El nuevo Instituto nació impulsado por el Espíritu de Jesús Resucitado, Redentor del hombre, como retoño de la savia mariana del tronco de san Pedro Nolasco y el profundo amor a la Iglesia y a la Orden que el Padre José León Torres sentía. Así mismo, es fruto del encuentro y la experiencia del Padre Torres, en la contemplación de Cristo Redentor, de la celebración Eucarística, de la devoción a María de la Merced y la Evangelización liberadora.

Las religiosas, estamos comprometidas a crecer cada día en el estilo propio de ser Mercedarias del Niño Jesús que el Padre Torres nos trasmitió, que implica cultivar y proyectar el carisma fundacional que el Espíritu Santo le otorgó, expresada en una espiritualidad mariana, eucarística y redentora.

Proyección del carisma fundacional

El carisma fundacional, es un don confiado a un fundador y, a través de él a un instituto de vida consagrada. Normalmente indica la necesidad de dar respuestas a las situaciones más profunda de la realidad, que ha animado a cada fundador a responder con la fundación y que continúa animando a cada instituto religioso, su vida y misión.

El Padre Torres, fue respuesta a la necesidad de acompañar a las familias en la educación de la vida cristiana, ya que la fe estaba en peligro, debido al avance de ideologías antievangélicas.

Movido por su corazón redentor, Fray José León Torres consideró que, esta nueva forma de esclavitud podría ser superada con la instrucción y la educación de inspiración cristiana, manifestando que para esto era necesario: “Enriquecer la inteligencia de la joven con conocimientos del saber humano, y, sobre todo, formar su corazón en los principios de la religión y moral cristiana”.

Con la certeza de que, la dimensión de la formación integral de la persona, es el instrumento necesario para fortalecer la vida de fe de los cristianos de la sociedad argentina, el Padre Fundador, ofreció un servicio de educación redentora, como respuesta a la necesidad de formar verdaderos cristianos, desde los valores profundamente humanos y comprometidos con la historia, capaces de provocar procesos de cambio y transformación que ayuden a desarrollar una sociedad mejor y establecer relaciones que humanizan.

Fray José León Torres fue respuesta a la necesidad de acompañar a las familias en la educación de la vida cristiana, ya que la fe estaba en peligro, debido al avance de ideologías antievangélicas.

La presencia de esta nueva Familia Religiosa en la sociedad cordobesa, animada del espíritu redentor que el Padre Torres, imprimió en su Obra, favoreció a promover la formación de niños y jóvenes desde una cosmovisión cristiana de la vida y el mundo, a través de, la creación de escuelas católicas, que, surgieron en contraposición al pensamiento de un materialismo ateo, impulsado desde las altas esferas del gobierno de su tiempo.

El carisma de fundador que recibió Fray José León Torres, contribuyó en su tiempo, a hacer frente al laicismo que se imponía como nuevo estilo de vida y al impacto de la cultura liberal de su época que, con un naturalismo anticristiano, se apoderaba de las costumbres de la sociedad.

El carisma fundacional compartido para la misión

Concretar la fundación llevó a Fray José León Torres a asumir el compromiso de la formación de las primeras Hermanas, en su identidad como religiosas mercedarias del Niño Jesús para una proyección del carisma en la misión. Para impregnar el estilo propio de ser mercedaria en la misión redentora, el padre Torres inculcó la piedad e identificación con Cristo redentor, amor filial a María de la Merced y profunda devoción a la Eucaristía. Así mismo, las formó en la observancia de la Regla como orientación de su vida consagrada al servicio del reino; el ejercicio de las virtudes humanas y cristianas y la cordial adhesión a la Iglesia y sentido de pertenencia a la Orden mercedaria.

Comprendiendo el espíritu redentor que Fray José León Torres, quería imprimir en la misión apostólica de la nueva Congregación, en la homilía, de inauguración del primer colegio, en Alta Córdoba, monseñor Castellano, expresa a las primeras Hermanas fundadoras, que su misión, es la de “enseñar en las escuelas…, enjugar las lágrimas del que llora, restablecer la paz en los espíritus que sufren, son obras del Señor a las que vosotras os dedicaréis”.

Para este fin, el Padre fundador, las formó educadoras con actitud de servicio y con sólida preparación pedagógica y religiosa, impregnadas de la espiritualidad Mercedaria del Niño Jesús. Igualmente, las capacitó para asumir el servicio educativo desde una dimensión liberadora, considerando todos los aspectos organizacionales y estructurales para el buen funcionamiento de los colegios por él fundados.

Por ser Fray José León Torres religioso de una Orden redentora, experimentó de manera viva, la certeza y el anhelo de ofrecer una auténtica y evangélica formación integral, como acto de caridad redentora, capaz de liberar de la ignorancia y del pecado, especialmente a aquellas personas, que corrían el riesgo de perder la fe y la dignidad.

La educación en la vida de fe, implica la formación de la conciencia de que la esclavitud del pecado es de donde surgen todas las otras formas de esclavitud. Desconocer la verdad de los principios evangélicos, necesariamente conduce a la injusticia, la opresión, el hambre, la violencia, la muerte, hoy instaladas como una nueva cultura.

La inquietud de Fray José León Torres, estaba centrada en la necesidad de brindar una educación en la fe, a fin de que ilumine el quehacer de la vida personal y social.

Además, manifestó, en varias oportunidades, su sensibilidad por las situaciones de marginación que produce la ignorancia, muchas veces, al referirse a “las muchachitas pobres” que se encontraban en hogares atendidos por las Religiosas, aconsejaba que no sólo se les dieran techo y comida, sino que asumieran la responsabilidad de preparar y capacitar para la vida, a través de las tareas y oficios como medios de superación y de herramienta de trabajo para el futuro.

Esta manera de vivir la misión, expresa la búsqueda de la dignificación de la persona con espíritu evangélico, como la de dar respuestas a las necesidades de redención de la humanidad, desde la identificación con Cristo redentor, quien se encarnó para anunciar a los pobres la Buena Nueva de la salvación y proclamar a los cautivos la liberación. Precisamente, en esta idea, se comprende el sentido de la espiritualidad del Padre Torres, en una adhesión incondicional a la Obra de Cristo Redentor, encarnado en su fundador Pedro Nolasco.

La misión educativa mercedaria, en clave de redención

La fidelidad al carisma fundacional y los desafíos de los nuevos tiempos han llevado a la Congregación a plantearse nuevos modos de dar respuestas donde la vida clama, desde su inició ofreció la educación formal en colegios, en todos los niveles de enseñanza y también asistemática, en Obras de pastoral social, en Centros de misión, de promoción humana y de evangelización.

Como portadoras del “Proyecto Educativo Redentor” que el Venerable Padre legó a sus hijas, las religiosas intentan repensar la misión como Mercedarias del Niño Jesús, insertas en el corazón de la Iglesia, en las raíces de la Orden y en la realidad de la gente.

Desde el estilo propio de ser mercedarias en la Iglesia, se busca que todas las Obras, sean signos y presencia de redención y anuncio de salvación, en clave liberadora, para quienes son víctimas de opresión, a causa de la desacralización del valor de la dignidad de toda vida humana, como la violencia en todas sus formas, abandonos, soledad, desvalorización, ignorancia.

En este mundo de contrastes y ambigüedades, en que las nuevas cautividades impactan fuertemente, provocando la pérdida de sentido, la creciente secularización y el relativismo de nuestra cultura, las instituciones mercedarias se sienten llamadas a renovar la mirada en el Dios que sigue actuando su historia de liberación, en los acontecimientos de la vida cotidiana y de la historia.