En todas nuestras Comunidades, celebramos con fervor patrio el 25 de mayo, haciendo memoria agradecida por tantos hombres y mujeres que hicieron posible el proceso de la conquista de nuestra soberanía, con el primer grito de libertad.
Elevamos nuestras oraciones a Dios por justicia, paz y solidaridad en las familias, en el pueblo, en la nación y a Nuestra Santísima Madre, le confiamos el dolor y el sufrimiento de los que no tienen trabajo, acceso a la salud y al bienestar, por la falta de equidad y fraternidad que nos hace hermanos. Por eso revivamos nuestra confianza diciendo:
Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén.