"Para llegar al fin, amar..." Fr. José León Torres

Espiritualidad

Espiritualidad: don recibido de la gracia, reconocido con humildad, compartido con sencillez, y ofrecido en el servicio a la comunidad.

En respuesta a una personal vocación, nuestro Padre Fundador se sintió impulsado a meditar y configurarse con el Cristo Redentor, el Cristo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, el Cristo humilde hecho pan en la Eucarística y con la Madre de Dios que contempló y vivió estos misterios.

Este modo ordenado, humano y coherente de desarrollar el don recibido, (el carisma personal, la presencia del espíritu de Dios y la vida cristiana), es lo que llamamos espiritualidad. Por tanto, podemos decir que, el Padre José León Torres cultivó la espiritualidad como el don de Dios, del carisma, que ha recibido como una semilla sembrada en la tierra de su libertad y de sus decisiones, para ser desarrollada y proyectada.

Podemos afirmar que espiritual es el creyente que cultiva la gracia, el don recibido, lo reconoce con humildad, lo comparte con sencillez, y lo pone al servicio de la comunidad.

Por lo mismo, la espiritualidad de la Congregación es Redentora, Eucarística y Mariana, se sustenta en la fe, la caridad, la humildad y la obediencia.

El espíritu de la Congregación es el modo de desarrollar y transmitir los dones carismáticos de nuestro Padre Fundador que se traducen en una espiritualidad propia. Por este motivo, la Religiosa mercedaria manifiesta gran amor a la pasión del Señor, a la Santísima Eucaristía y a María bajo la advocación de la Merced.

Como Mercedarias y Mercedarios del Niño Jesús, estamos comprometidas a crecer cada día en este estilo propio que el Espíritu Santo inspiró al Padre Torres, a cultivar el carisma fundacional que se lo dio sólo a Él y que cada una de nosotras está llamada a conocer e internalizar, desde las mismas enseñanzas de Nuestro Padre y de las sanas tradiciones recibidas de nuestras hermanas mayores.

Nos quería:

  1. Orantes, alegres, silenciosas,
  2. Humildes, sinceras, sencillas, obedientes,
  3. Cultas, respetuosas, amables, prudentes,
  4. Observantes, austeras, abnegadas,
  5. Constantes en el trabajo y diligentes en su formación,
  6. Unidas en espíritu y verdad,
  7. Con una fuerte vida común de estilo familiar,
  8. En comunión con la Orden y atentas con las distintas familias religiosas,
  9. Fieles a la Iglesia y a sus Pastores.

Al desarrollar y transmitir el carisma fundacional de Nuestro Padre, hacemos presente nuestra espiritualidad y subrayamos aquellos valores Evangélico, con gestos propios que están en la línea Evangélica de la libertad y caridad redentora.

Por eso, una Mercedaria con su vida manifiesta gran amor a la Pascua de Jesús; a la Santísima Eucaristía fuente de la vida cristiana; y a María de la Merced, modelo de entrega, de amor redentor y de sacrificio por los demás.