Córdoba, 1° de Septiembre de 2014
Querida Familia Mercedaria:
Este mes de Nuestra Santísima Madre, es un tiempo muy especial para el corazón Mercedario, porque renovamos nuestro amor a María que es signo de la Merced y gesto de Misericordia de Dios, que obra en cada persona y camina junto a su Pueblo.
María de la Merced, es el nombre que llena de sentido nuestra vocación cristiana, nuestra vida creyente y misión redentora. Ella, es el don gratuito de Dios, por Quien alcanzamos frutos de gracia.
Ella, nos hace fuertes y perseverantes para que podamos experimentar y proyectar la alegría de la Salvación que Dios obra en cada uno de nosotros, en nuestras Comunidades, nuestras familias, en las Obras donde la vida, la fe y la dignidad están amenazadas.
Deseo que en este mes, podamos fortalecer nuestros esfuerzos para que desde la fe y el amor contemplemos a María, Madre de la Redención, como la mujer creyente que inicia su misión con su Sí libre en la Encarnación y alcanza su plenitud, junto a la cruz de su Hijo Jesús.
Mis Hermanas/os, hoy más que nunca, estamos llamados a renovar nuestra fe y a vivirla en espíritu de comunión para que unidos al proyecto Liberador de Jesús, podamos salir a anunciar la Buena Noticia de la Salvación, como invita el Papa Francisco a toda la Iglesia: “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.
Que en este mes junto a Nuestra Santísima Madre, seamos constructores de comunidades en las que se promuevan una espiritualidad de comunión y libertad, de aceptación y respeto por las diferencias culturales para que, toda persona, tenga la posibilidad de crecer en la fe y desarrollarse dignamente.
Madre Siomara Garro
Superiora Gral Hnas Mercedarias del Niño Jesús