Como Familia Mercedaria, celebramos el 9 de julio, el día de Cristo Redentor, centro de nuestra vocación, vida y misión, que mira y pone en su corazón a la humanidad que sufre y clama libertad y dignidad.
En este particular año, que nos preparamos para celebrar el Capítulo General, nos encomendamos al Padre Dios, y pedimos que su Espíritu nos renueve para descubrir su Voluntad y desde nuestra identidad, seamos anunciadoras de la libertad a los cautivos, presencia de liberación y promotoras de la dignidad humana, poniendo la vida al servicio de la Obra redentora con renovadas fuerzas.
También, en este día celebramos por tradición, el día de las Comunidades de Formación de la Congregación. Deseamos que animadas del Espíritu Redentor de Jesucristo, descubran en María de la Merced como principio de libertad y de amor redentor, que nos enseña a escuchar el clamor de los hermanos sufrientes para responder sembrando esperanzas. RECEMOS MUCHO POR TODAS ELLAS…