Entronización de una imagen del Beato José Gabriel del Rosario Brochero
Bendición de una antigua Cruz
El domingo 14 de septiembre de 2014, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y al celebrarse el primer año de su Beatificación tuvo lugar la entronización de una imagen del Beato en el Templo de las Hermanas Mercedarias del Niño Jesús, en el Barrio Alta Córdoba, en la ciudad de Córdoba, Argentina.
Celebramos la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, fiesta de acción de gracias: la glorificación de la cruz de Cristo como signo de nuestra redención.
Cristo, por su exaltación, es decir su crucifixión y su resurrección triunfante, nos ha regenerado, éste es el plan realizado del amor de Dios hacia los hombres. Aceptar la salvación supone para el cristiano vivir de conformidad con las enseñanzas de Jesús.
En este día de la Exaltación de la Santa Cruz nuestra comunidad vivió dos momentos muy significativos:
En primer lugar fue bendecida y quedará en el templo una antigua cruz que data de los primeros tiempos de la Evangelización.
Luego de la bendición de la imagen del Beato José Gabriel del Rosario Brochero fue entronizada en un lugar especialmente preparado.
A las 10 hs. comenzó la Celebración Eucaristía presidida por Monseñor Pedro Torres, Obispo Auxiliar de Córdoba y concelebrada por el Padre Fabián Oliva, Capellán de la comunidad.
En la homilía el Obispo recalcó el llamado a la santidad a la que nos invita Brochero anunciando a Jesús y siguiendo su camino con generosa entrega y servicio pastoral.
El verdadero sentido de la cruz es del amor hasta entregar su vida por nosotros.
Jesús nos invita a llevar la cruz con Él y como Él abrazándola con amor. Así lo hicieron los santos, así lo hizo el Cura Brochero, con bondad y misericordia para con todos.
Los santos son amigos de Dios y son amigos de los amigos de Dios.
Los santos tienen una relación muy profunda con Dios nuestro Padre del Cielo, dejando que su Espíritu de Amor vaya transformando sus vidas y que la Vida de Dios se manifieste a través sus acciones santas como las de Jesús, especialmente la caridad con los pecadores, los pequeños y sufrientes.
En este día y en este lugar que nos invita a la contemplación de la acción de Dios en nuestras vidas, se encuentran dos amigos de Dios, contemporáneos, cordobeses: El Cura Brochero viene al encuentro del Padre José León Torres. Nuevamente los amigos de Dios se encuentran. Que ellos nos animen a vivir una fe comprometida y una entrega generosa.
Agradecemos y nos alegramos cuando contemplamos un santo, es decir un “amigo de Dios” que vivió unido a Jesús y por eso como Él pasó haciendo el bien a todos.
Un texto del Papa Benedicto XVI sobre lo que es la santidad cristiana nos dice:
“Los santos manifiestan de muchos modos la presencia potente y transformadora del Resucitado. Seguir su ejemplo, recurrir a su intercesión, entrar en comunión con ellos, nos une a Cristo, del cual, como de la Fuente y la Cabeza, emana toda la gracia y toda la vida del mismo Pueblo de Dios. La santidad, la plenitud de la vida cristiana no consiste en el realizar cosas extraordinarias, sino en la unión con Cristo, en el vivir sus misterios, en el hacer nuestras sus actitudes, sus pensamientos, sus comportamientos.
El Concilio Vaticano II, en la Constitución sobre la Iglesia, habla con
claridad de la llamada universal a la santidad, afirmando que nadie está excluido.
Pero permanece la pregunta: ¿Cómo podemos recorrer el camino de santidad,
responder a esta llamada? ¿Puedo hacerlo con mis fuerzas? La respuesta está clara: una vida santa no es fruto principalmente de nuestro esfuerzo, de nuestras acciones, porque es Dios, el tres veces Santo (Is. 6,3), que nos hace santos, y la acción del Espíritu Santo que nos anima desde nuestro interior, es la vida misma de Cristo Resucitado, que se nos ha comunicado y que nos transforma”.
El Beato Cura Brochero y el Padre Torres fueron servidores del Reino, verdaderos discípulos misioneros, como sacerdotes estaban al servicio de todos, de manera particular al servicio de los pobres y de los más débiles de la sociedad.
Al finalizar la Santa Misa fueron bendecidas las imágenes, haciendo memoria agradecida de la fe recibida en el bautismo, confiamos a María, Madre de la Merced nuestra vida.
La Cruz: signo de la vida cristiana, nos recuerda el valor de la cruz de Cristo, que por amor a cada uno de nosotros, murió por nuestros pecados y nos trajo Vida Nueva.
Esta antigua cruz, fue entregada generosamente a nuestra Comunidad por Mons. Omar Colomé, Obispo emérito de Cruz del Eje, hoy, acompañándonos y abrazando su cruz desde su lecho de dolor.
Cura Brochero : En este primer año de la Beatificación del Cura Brochero, fue bendecida su imagen que fue colocada en el altar especialmente construido y desde donde vamos a venerar con cariño su vida y su misión.
Mientras Monseñor bendice pidamos que la figura del cura Brochero nos ayude a recordar que somos discípulos y misioneros de Jesucristo para dar testimonio de la vida cristiana y recorrer el camino de santidad al que estamos llamados.
Entre cantos brocherianos y oraciones fue trasladada la imagen.
Una vez colocada se escucharon vivas y aplausos de los presentes.
Se imploró para que pronto sea canonizado.
Damos gracia a Dios por habernos permitido vivir un acontecimiento lleno de fervor, de emoción y de comunión.