[vc_row][vc_column][vc_column_text]1 al 2 de agosto, mensaje de fray Luis De Brito, Superior Provincial, celebrando la inspiración de la fundación de la Orden de La Merced.
La noche del 1 al 2 de agosto queda en el fondo de los orígenes mercedarios como un tiempo con densidad propia. La más propia: un momento de inflexión en la vida de un hombre llamado a ser instrumento en manos de su Señor.
Una noche larga y sigilosamente preparada; y en verdad, dolorosamente preparada.
Pedro Nolasco ha recurrido a todos, al Padre, al Cristo, al Espíritu. Ha recurrido a sus fieles compañeros caballeros. Y aguarda con esperanza una luz. En la historia mercedaria, es María, la Señora de la Merced la que habrá de ofrecerle una certeza. “Dios quiere lo que estas realizando y lo quiere para muchos”.
No sabemos si Nolasco guardo silencio en esa noche o acudió al Señor con muchas preguntas. Sabemos que en esa noche le fueron dados unos puntos de referencia ciertos. Lo sabemos por los frutos.
Queridos hermanos y hermanas: la noche del 1 al 2 de agosto, propio de la Orden y familia Mercedaria, de nuestras comunidades y la nuestra personal tienen una datación desconocida por nosotros, no sabemos cuándo ni cómo se presenta o presentará. A punto de iniciar el Jubileo abrimos nuestras puertas y aguardamos la respuesta del Señor, a través de María de la Merced. ¡Dios nos dé referentes ciertos para orientar nuestra vida y nuestra historia convirtiéndonos en redentores y liberadores cristianos! Amén.
Fr. Luis De Brito, Superior Provincial.
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