El 8 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta del nacimiento de nuestra querida Madre, la Santísima Virgen María. Este es un día en que, como creyentes damos gracias por el gesto de amor infinito que Dios tuvo con todos nosotros, al elegir desde siempre a María para ser la Madre de su Hijo, para la redención de todos.
- Damos gracias, porque con el nacimiento de María, se cumplieron las promesas que anunciaron los profetas.
- Damos gracias, porque con el nacimiento de María, se cumplen todas las promesas que Dios hizo, de la liberación de su pueblo
- Damos gracias, porque desde antes del nacimiento, María, fue elegida y destinada para ser la Madre de Dios, Jesús el liberador.
Pedimos a María, Madre de Dios y Madre nuestra, que como Ella vivamos la alegría de ser elegidos por Dios y aceptar su Voluntad.
¡Feliz día consagrados!
En esta fiesta del nacimiento de la Virgen María, en muchos lugares se celebra el día de la Vida Consagrada, que el Espíritu ha suscitado en la Iglesia. Es una jornada para orar y valorar por los diversos modos de vivir y dar testimonio de hombres y mujeres que, llamados por la misma vocación a vivir en fraternidad y dar la vida por el reino al servicio, han elegido seguir a Cristo de cerca y dedicar su vida al servicio de Dios y de los hermanos.
Pedimos por ellos para que sean testigos apasionados del Reino de Dios, consuelo y ayuda en medio del sufrimiento de tantos hermanos.