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Testimonio del retiro de las formandas
Durante estos días de retiro que tuvimos el regalo de vivir, me pude encontrar con un nuevo Jesús que me habló desde lo más profundo de mi corazón.
Tuve la gracia de reconocer a Jesús como ese Jesús amigo que perdona, que consuela y que me repetía una y otra vez “Soy yo. No teman” (Jn 6 , 20) Estoy mas que agradecida de sentir que siempre en mi vida, aún en los momentos más difíciles, en enfermedades, en muertes de seres muy queridos EL estuvo y está ahí siempre conmigo! Y me sentí fuertemente invitada a vivir en su alegría, en esa alegría profunda que solo la da el encuentro con Jesús, con su mirada, en la experiencia de dejarme mirar por Jesús, de presentarme tal como soy y de sentirme invitada a seguir caminando de su mano para vivir en la alegría y en la esperanza de la Vida eterna.
Descubrí también al Jesús vivo, al Pan de Vida, al que le pido como sus discípulos “Señor danos siempre de ese pan” (Jn 6, 34) Ese pan que es vida y le pedía a Jesús un corazón humilde como el de María quien acepta su Voluntad y se pone en Camino!
Agradecida de estos días, de esta paz que siente mi corazón de un nuevo encuentro, una nueva mirada y con la energía renovada para seguir a Jesús en este camino que me invita! A poder ser vida para cada una de las personas que diariamente pone en nuestro camino.
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