Compartimos la enorme alegría de las Hermanas que participaron de la Jornada Mundial de la Juventud en Río. Como expresa la Hna. Gabriela Carrretero al regreso: “¡Las fuerzas humanas al limite. Y la fuerza del Espiritu al maximo!”. Momentos compartidos de alegría emoción y momentos de profunda oración y de ENCUENTRO CON JESÚS.
Como expresó Nuestro Padre Francisco:
“Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la
Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a
haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero
que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea
mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea
clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los
colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la
Iglesia no puede ser una ONG!”
Los jóvenes que participaron volvieron con espíritu renovado y ardor misionero. Nos unimos en oración por nuestro Papa Francisco. También nos unimos en la oración por los jóvenes que participaron de esta hsitórica Jornada Mundial de la Juventud para que sean portadores de la fe: “Por favor, ¡no licúen la fe en Jesucristo!, hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana pero, por favor, ¡no tomen licuado de fe! ¡La fe es entera, no se licúa, es la fe en Jesús!, es la fe en el hijo de Dios hecho hombre
que me amó y murió por mí.
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