El 24 de septiembre celebramos en todas las comunidades mercedarias a Nuestra Santísima Madre, María de la Merced. Nuestro corazón Mercedario, renovó el amor filial que nos permite experimentar su gesto maternal como signo de la Misericordia de Dios que camina junto a su Pueblo. Como familia Mercedaria hemos vivido como Ella, el gozo y la alegría de la Salvación que Dios obra en cada uno de nosotros, que nos invita a renovar una espiritualidad de comunión y libertad, de aceptación y respeto por las diferencias culturales, donde cada persona tenga la posibilidad de crecer en la fe, vivir con dignidad y recibir la Merced de Dios en María, nuestra Madre, que libera a los esclavos del corazón, rompiendo sus cadenas con Amor.
