Desde hace varios años, la comunidad de Firmat y un grupo de laicos comprometidos con la vida y fe de la gente, visitan periódicamente la cárcel, que se encuentra en su ciudad. Sabiendo que ahí está Jesús y que “cada vez que lo hicieron con uno de los más pequeños (…) estaba en la cárcel y viniste a verme”, lo hicieron con Él, es que ellos con mucha alegría comparten su tiempo, con nuestros hermanos, privados de su libertad.
Recemos por nuestra comunidad de Firmat, por los laicos que los acompañan y por los presos y sus familias, para que Dios les siga concediendo fortaleza en su caminar hacia Dios.
